La estación de la calle Perdido, China Miéville: Las sombras alumbran una obra de culto
La estación de la calle Perdido comienza la trilogía de Bas-Lag, y supuso la consagración literaria de China Miéville. Es una obra de culto irreprochable en su fondo, sobre todo atmosférico pero también narrativo: se aprecia el compromiso político de Miéville en el tratamiento de personajes y temas. No obstante, la forma complica su lectura: el estilo de Miéville es plúmbeo, sus metáforas desconcertantes, la narración es extensísima y satura. Sumémosle a estos defectos la horrorosa traducción al castellano, concebida por el más cruel arquitecto del dolor, y obtendremos el cuadro completo.
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