Todos sobre Zanzíbar, cuarta parte de «El Cuarteto del Club de Roma», es algo más que una novela de culto: es una adelantada a su tiempo. John Brunner predijo situaciones que se están cumpliendo cincuenta años después de su publicación. Por eso debe leerse como una descripción sobre nuestro presente, llena de detalles que la hacen comprensible y fácilmente reconocible hoy.
Salga a la calle, encienda la TV, busque en su Smartphone, pregúntele a un familiar o amigo, e irremediablemente se estrellará contra alguno de estos temas: matrimonio igualitario, China como superpotencia y principal rival de Estados Unidos, videollamadas, legalización de la marihuana, edición genética (CRISPR), el desciframiento total del genoma humano, las ventajas económicas y nutricionales de la producción de tilapia, el recelo de los gobiernos contra los gigantes tecnológicos (tanto la GMAFIA[i], como el grupo BAT[ii]), la violencia política y tribal en naciones africanas, el avance del Islam en posiciones de poder en Occidente, la desinformación mediática, la comunicación satelital, el famoso algoritmo, la nostalgia por el pasado, la carne sintética, los problemas de la sobrepoblación…
Hoy somos 7.800 millones de habitantes en este planeta; apenas una década atrás (2011), éramos 7.000 millones de personas, la cifra que John Brunner (Wallingford, Oxfordshire, 1934-Glasgow, 1995) predijo que sería la población global para el año 2010, año en que transcurre su novela publicada en 1968, Todos sobre Zanzíbar (última edición en castellano en Planeta De Agostini, 2006).
Brunner se caracteriza por su rigor científico, tanto en la ciencia-ficción dura, como en las ciencias sociales. Otras obras suyas también están cargadas de una alta reflexión sobre el impacto del ser humano –o al menos la forma de vida dominante en el planeta- respecto a su entorno. En Todos Sobre Zanzíbar, se arma una visión panorámica del mundo, es una de esas novelas en las cuales el autor se preocupa de todos los detalles para hacerla comprensible, para poner al lector en un punto de perspectiva privilegiado, con un desfile de personajes de lo más variado y un conjunto de situaciones que hacen que innegablemente tenga la sensación de estar en un bullicioso mercado atestado de gente de todas partes del mundo, donde todos hablan al mismo tiempo, caminan y lo empujan al pasar. El lector asiste arrobado ante tanta exuberancia.
Existen en Todos sobre Zanzíbar ecos de la estrategia narrativa utilizada por John Dos Passos en la Trilogía USA (compuesta por El paralelo 42 [1930], 1919 [1932] y El Gran Dinero [1936]), en la que se crea una narrativa multiforme, que permite transmitir al lector toda la información posible, disponible y necesaria para poder comprender el mundo que le presenta hasta en los detalles más minúsculos. Brunner parece que, más que emular un estilo, emplee la técnica como una forma necesaria para presentarnos el mundo del futuro, desde las grandes transformaciones hasta las nuevas situaciones y cosas cotidianas. La novela aborda temas sociotecnológicos y culturales, cambios políticos, nuevas dinámicas interpersonales, la psicología de la sociedad del mañana, en una trama que, aunque extraordinaria, en ningún momento deja de circunnavegar la línea costera de lo posible, lo probable o lo vigente, lo que, naturalmente propicia el asombro, no por el tamaño de la anticipación y predicción hecha por Brunner, sino por lo sospechosamente exacta que resultó la misma.
La proyección sobre el tamaño de la población global, la influencia y poder de las corporaciones tecnológicas o los avances en genética, la conformación de una Comunidad Europea, o anticiparse al hecho de que China desplazaría a la URSS como principal competidor del poder de Estados Unidos, parecen empequeñecer cuando describe y anticipa la futura vida cotidiana de la gente común. ¿Cómo pudo Brunner anticipar que en algún momento en la moda de la década de los 90 del pasado siglo la paleta de colores dominantes serían el naranja, el amarillo limón o el azul celeste? O ¿cómo pudo sospechar en 1968 el grado de polarización en torno al derecho a la concepción o al aborto tan vigente hoy en día? O incluso, ¿cómo logró predecir la mayor paradoja de la globalización y la desigualdad de los tiempos modernos, donde los pobres buscan acceder, y lo logran parcialmente, a los mismos bienes que los ricos, pero de manera limitada?
A partir de un par de historias aparentemente centrales, las de Donald Hogan y Norman House, coinquilinos de un piso de Nueva York, se desarrolla un mundo variado, polifónico, con un abanico amplio de temas atravesados por tramas científicas, leyes eugénicas, intereses empresariales o incluso entidades nacionales como Yatakang o Beninia, inexistentes, pero no por eso improbables, ya que recogen perfectamente las características, historia y comportamiento de los países del sudeste asiático y de África. Junto a ellos aparecen y desaparecen toda una serie de personajes de lo más variado, desde un brillante sociólogo abatido por el peso y éxito de sus ideas, hasta un joven enajenado frente al televisor. Todas las historias son necesarias para dimensionar la realidad que plantea Brunner, ese futuro al borde de la distopía, que sin embargo hoy, en el año 2022, parece abrumadoramente real.
Si bien la narrativa es amplia, diversa, a menudo juguetona, cada capítulo, cada acotación, contribuye a reafirmar los principales argumentos de la novela y permiten construir una imagen tridimensional del mundo futuro imaginado por el autor; un mundo futuro que no es exclusivo de este libro. Todos Sobre Zanzíbar forma parte de la «Trilogía del Desastre», junto a Órbita Inestable (1969) y El Rebaño Ciego (1972), una serie de libros que abordan los potenciales desastres ambientales o sociales a los que se dirige la humanidad. También suele incluirse en el grupo a El jinete de la onda del shock (1975; Gigamesh, 2012), obra con fuertes características ciberpunk. El conjunto de estos cuatro libros a menudo es conocido como «El Cuarteto Club de Roma”, ya que el Club de Roma (fundado 1968) es una organización no gubernamental que busca mejorar el futuro, y que, en el mismo período de estas novelas, publicaría el informe “Los límites del Crecimiento Humano” (1972, y del que se cumplen cincuenta años este 2022), que abordaba los futuros problemas tecnológicos derivados de la sobrepoblación y las políticas vigentes en la década 1970.
Lo que nos ofrece Brunner en Todos Sobre Zanzíbar, es un mundo con peligros y problemas profundamente serios para la humanidad, desalentador y atemorizante, donde el individuo está a merced de una tormenta violenta, ya sea electrónica, social, genética, política o ambiental, pero que de alguna manera logra ser planteado mediante convenciones de género, no solo de la ciencia-ficción, sino de la literatura en general, de la música, el cine, la publicidad y la televisión vigente a finales de la década de los 60 y hoy en día. Diversos escenarios, motivaciones individuales, variedad de eventos… a lo largo de la novela se salta de una historia a otra, como quien cambia canales en la TV o se deja llevar por los videos cortos de Tik Tok, Instagram o cualquier red social. Una cosa, simplemente, lleva a la otra, manteniendo cautivo el interés del lector, lo que no necesariamente la hace una novela fácil, ya que además de extensa está llena de conceptos científicos, explicaciones técnicas, observaciones sociológicas, historiografía, mitología y cultura pop sobre las que merece ahondar. Tal es el caso, por ejemplo, de la misteriosa Shalmaneser, omnisapiente, todopoderosa, revestida con un aire místico, que aparece como una mención temprana de lo que hoy cotidianamente llamamos “el algoritmo” o la inteligencia artificial. En algunas frases se especula sobre qué pasaría con la humanidad si ese mastodonte de metal, cables y circuitos, a imagen y semejanza de los primeros computadores militares, pudiera desarrollar alguna forma de consciencia.
Todos Sobre Zanzíbar, si no lo es ya, debería ser, una lectura obligada para expertos en generación de escenarios futurológicos, análisis de tendencias, tanques de pensamiento holístico, empresas de marketing, grupos de reflexión que buscan comprender el presente e incidir en el futuro, o cualquier entidad a la que le haría bien contar con un par de “diletantes”, o expertos en conexiones interdisciplinarias, dentro de sus equipos de trabajo.
Sobra decir que Todos Sobre Zanzíbar es más una descripción de nuestro presente, que un escenario futuro, por eso es tan fascinante, en especial cuando uno se plantea el proceso de creación, de reflexión, de predicción de Brunner. Cada capítulo, cada historia, se vuelve más interesante a medida avanza, e igualmente se vuelven magníficamente interesantes el desarrollo de algunos personajes, incluso aquellos que son sólo circunstanciales. Es una obra maestra del género, ante la cual uno no cesa de repetir la frase del enajenado Bennie Noakes: “Dios mío, pero qué imaginación que tengo”, porque realmente la novela sumerge al lector, como un personaje más, en un mundo tan realista, palpable, detallado y sobre todo imaginativo que aún hoy en día sería difícil de superar.
NOTAS:
[i] Grupo GMAFIA: acrónimo de los principales gigantes tecnológicos estadounidense Google, Microsoft, Amazon, Facebook, IBM y Apple
[ii] Grupo BAT: acrónimo de los principales gigantes tecnológicos chinos Baidu, Alibaba y Tencent