John Ronald Reuel Tolkien leía a sus hijos un libro que serviría de inspiración para La Comarca: El maravilloso país de los snergs, de Edward Wyke-Smith. Recientemente, el libro fue reinterpretado por la autora de literatura infantil Verónica Cossanteli, al que acompañarían las ilustraciones de Melissa Castrillón. La Galera lo acaba de publicar en castellano, para deleite de pequeños, mayores y tolkinianos.
Las ilustraciones de Verónica Castrillón que acompañan este artículo fueron cedidas expresamente, y bajo cuya autorización se publican, por La Galera
El maravilloso país de los snergs es un clásico de la literatura infantil escrito por el británico Edward Wyke-Smith y publicado por primera vez en 1927. Esta historia fantástica vuelve a las librerías de la mano de la editorial La Galera en una edición adaptada y revisada por la inglesa Verónica Cossanteli (autora de Los extintos, 2013) y magistralmente ilustrada por la anglocolombiana Melissa Castrillón. A modo de introducción la autora advierte al lector que se trata de una adaptación libre de la obra original y que, por lo tanto, se ha tomado varias licencias en cuanto a la trama y a los personajes, intentando siempre mantenerse fiel al espíritu del original.
La historia se desarrolla en una isla ficticia, cuya ubicación es desconocida y por lo tanto llegar a ella se convierte en una tarea casi imposible para cualquiera que lo intente. En la isla se encuentra la colonia para Niños Superfluos y Huérfanos por Accidente dirigida por la imperturbable y estricta señorita Watkins. Los protagonistas de esta historia son Pip y Flora, los dos últimos huérfanos en llegar a la colonia y a los que les está costando mucho adaptarse a las normas de su nuevo hogar, llamado Bahía Soleada. Desde el comienzo de la narración, se percibe que la novela tiene muchos elementos en común con el Peter Pan de James M. Barrie y los niños perdidos de Nunca Jamás. Sin embargo, los niños no son los únicos habitantes de la isla, en ella se encuentra también una tripulación de piratas (el Holandés Errante) y una infinidad de criaturas fantásticas, entre ellas los snergs y los kelps.
Tras haberse alejado involuntariamente de la colonia, Pip y Flora emprenderán una serie de aventuras y descubrirán un mundo totalmente nuevo: lucharán contra los picotudos a golpe de multiplicaciones, participarán a un banquete real, atravesarán una puerta mágica y engañarán a una bruja malvada que intenta capturarlos. En este aventuroso viaje le acompañará un ayudante algo torpe y bobo llamado Gorbo, proveniente del país de los snergs. Pero… ¿quiénes son los snergs?
«Qué extraordinario es ser un snerg,
en esta tierra tan maravillosa.
¡Bajitos de estatura pero anchos de corazón,
son una banda de lo más bulliciosa!
Bajo la luna o el sol su fiesta propagan
y esta no se detiene hasta que el pudin se acaba.»
Estas pocas frases son suficientes para que pensemos en los hobbits, esas maravillosas criaturas creadas por J. R. R. Tolkien en 1937. En común tienen la baja estatura, el carácter alegre y amable, la propensión por las canciones y las fiestas y el maravilloso lugar en el que viven. Las similitudes entre estas criaturas no son una casualidad, de hecho parece ser que Tolkien conocía a fondo la obra de Edward Wyke-Smith y que se la leía a sus hijos antes de acostarse. Así, el autor de El hobbit y El Señor de los Anillos, se refería a la versión original de El maravilloso país de los snergs:
«Me gustaría recoger mi amor y el de mis hijos por El maravilloso país de los snergs de E. A. Wyke-Smith, en cualquier medida del elemento snerg de ese cuento, y de Gorbo, la gema de los obtusos, joya de acompañante para una escapada.»1
El maravilloso país de los snergs tiene todos los elementos de una novela infantil, capaz de mantener vivo el interés de los niños y hacerles viajar a través de mundos fantásticos y de los más coloridos. La novela está dividida en ocho partes y cada una de ellas empieza con una breve anticipación de lo que va a ocurrir a continuación. Además, cada parte está acompañada por una ilustración en blanco y negro de Melissa Castrillón. Los dibujos simples y esenciales casan perfectamente con la sencillez y claridad del lenguaje utilizado por la autora. Como todo cuento infantil que se precie, a lo largo de la narración la autora deja unas cuantas enseñanzas para sus pequeños lectores. Entre ellas, destacamos la más importante de todas: «Nadie nace para ser bueno por completo, ni malo del todo. En cada corazón hay más de una cara. Lo que importa es la cara que dejas que te gobierne».
En conclusión, El maravilloso país de los snergs es una entretenida historia de aventuras fantásticas ideal para los nostálgicos de Tolkien y sus hijos.