La quinta cabeza de Cerbero, segunda novela de Gene Wolfe, es una singular historia sobre colonización y adaptación a la misma, contada a partir de tres relatos interconectados. Wolfe está menos preocupado por el desarrollo de una narrativa orquestadora y más por la persistencia de ciertos temas e imágenes que se repiten y mutan; parece que no esté tanto desarrollando temas como meditando o soñando sobre ellos. Los tres difieren entre sí. Sin embargo, juntos suman más que sus éxitos individuales.
Al igual que su título críptico, La quinta cabeza de Cerbero (1972; Minotauro, edición de 1997), la segunda novela del aclamado escritor Gene Wolfe (Nueva York, 1931, Peoria, Illinois, 2019) —ampliamente considerado como uno de los mejores escritores de ciencia-ficción— es un verdadero enigma. Sutil, intrigante y misteriosa, requiere una lectura cuidadosa (y posiblemente múltiples interpretaciones) para desgranar no sólo la profundidad de sus temas e ideas, sino también para descifrar qué diablos está pasando.
El libro se divide en tres relatos cortos separados pero interrelacionados que se desarrollan en los planetas «gemelos» Sainte Anne y Sainte Croix, colonizados por humanos en algún momento del futuro. Aunque estuvieron poblados por alguna forma de vida indígena, se cree que estos aborígenes están extintos. En La quinta cabeza de Cerbero nunca se da una respuesta definitiva a esta o prácticamente cualquier otra pregunta que surja en el libro. La lectura cuidadosa revelará una respuesta fuertemente implícita, pero Wolfe ciertamente no nos lo pone fácil, ya que habrá que interpretarla a partir de diversos detalles e implicaciones incidentales.
La primera de estas historias, que da título al volumen, se ambienta en un burdel en una de las ciudades de St. Anne, y captura una tenue rusticidad y gentrificación. En St. Anne la primera oleada de colonos del planeta fue francesa; posteriormente hubo una guerra, y el entorno (que abarca gran parte de la ciudad) tiene un sabor a nostalgia y aislamiento. La narración se centra en la madurez del cronista y su relación con su «maestro de burdeles» y padre genetista. Además de los elementos de ciencia-ficción, que siguen siendo sutiles, la historia es sorprendente en su tono: el misterio y la mística de una casa antigua llena de mujeres altas y silenciosas, así como la ciudad y el mercado de esclavos, se cuentan desde el punto de vista de un niño que crece dominado por las percepciones oníricas del que se encuentra sujeto a un experimento de años (y quizás generaciones) de larga duración.
En el segundo relato, «Una historia, por John V. Marsch», la escena cambia a St. Croix, aparentemente antes de la ola de colonización (también francesa). En esta ocasión, la narración adopta la forma de un relato folclórico sobre los aborígenes en la víspera del arribo de los colonos. Esta historia concluye con la llegada de la nueva ola de moradores del planeta y la comprensión de que una cultura se perderá inexorablemente.
Finalmente, la tercera parte, ‘V.R.T.’, reúne los hilos de las dos primeras historias y recoge piezas adicionales en la que quizás sea la más eficaz del trío de relatos. El relato se desarrolla a partir de entrevistas, diarios y grabaciones de interrogatorios realizados por un antropólogo en St. Anne. La combinación de ciencia-ficción, folclore e investigación de campo es rica, no lineal e increíblemente divertida de leer. El antropólogo se adentra en el desierto en busca de aborígenes sobrevivientes, suceden ciertos eventos, y reaparece años más tarde para viajar a la universidad en St. Croix, donde está encarcelado como espía.
Los rudimentos de la obra son familiares: la historia de la «sociedad primitiva» —ambientada en otro mundo o en nuestro futuro lejano— es un elemento básico de la ciencia-ficción, pero la versión de Wolfe tiene una mayor resonancia por su estilo mítico y mágico. Así, la lógica de este libro está menos preocupada por el desarrollo de una narrativa orquestadora, y más por la persistencia de ciertos temas e imágenes que se repiten y mutan. Wolfe no está tanto desarrollando temas como meditando sobre ellos. Soñando con ellos.
En la superficie, el tema principal de la novela puede ser la colonización. Sainte Anne y Sainte Croix fueron colonizadas desde la Tierra, pero nada es tan simple. Quizás, los humanos no masacraron a los aborígenes; tal vez los aborígenes masacraron a los humanos. ¿Adoptaron su apariencia y cultura para parecer poco interesantes para los terráqueos, y con el tiempo han olvidado sus propios orígenes? Lo que sucede a menudo, cuando una cultura tecnológicamente superior ha colonizado otro pueblo, es que los indígenas intentan imitar a los colonos y adoptar sus costumbres. La aportación de Wolfe a esta analogía es una raza alienígena que puede literalmente cambiar su apariencia y forma de pensar para reflejar la de los colonos, y luego olvidar que lo han hecho, haciéndose indistinguibles de los recién llegados. Así se llega a otra idea importante del libro, la del principio de incertidumbre: las personas que viven en los dos mundos nunca podrán estar seguros de si son o no los descendientes de los aborígenes; hasta cierto punto ni siquiera importa, ya que su mimetismo es perfecto.
La novela es como un sueño fragmentado en tres partes, unidas por sus obsesiones y su presentación singular, pero totalmente desiguales. Las tres difieren entre sí no sólo por sus protagonistas, sus tramas y sus estructuras, sino por su técnica narrativa. Sin embargo, juntas suman más que sus éxitos individuales: es como tener tres espejos en tres habitaciones diferentes, o tres espejos en triángulo uno frente al otro. La reflexión sobre la reflexión del trío crea un efecto totalmente diferente y más fascinante que el que cualquier espejo podría producir por sí solo.
La quinta cabeza de Cerbero es innegablemente un trabajo fantástico y un brillante testimonio del poder de la ciencia-ficción para abordar problemas del mundo real con intensidad y profundidad. Para los fanáticos del género, la prosa misteriosa, la fantasía intrincada, lo poético y lo estrafalario encontrarán en este libro faceteado en tres una lectura intrigante y gratificante.
Muy interesante. Todo lo que he leído en el artículo me ha recordado a lo que evocan las ‘Crónicas marcianas’ de Bradbury. Habrá que hacerse con la cabeza de Cerbero.