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Ilustración realizada por Andrea Beré para Fabulantes

Violet Paget. Escritora. Inglesa de sangre. Francesa por nacimiento. Italiana de corazón. Viajera. Feminista. Historiadora de arte. Apasionada de: música, arquitectura, literatura, psicología, estética. Pseudónimo: Vernon Lee. Nacida en el siglo XIX, pero perteneciente al siglo XX. Se dice de ella: «No hay alguna duda de que Vernon Lee será leída por la posteridad, porque su obra ofrece una peculiar combinación de curiosidad intelectual e imaginativa sensibilidad»[1].

Vernon Lee es una de las afortunadas mujeres que se hizo grande gracias a la literatura y cuya obra resistió al olvido del tiempo. A lo largo de su vida escribió varios ensayos, novelas, piezas teatrales, impresiones de viajes, así como estudios sobre todo tipo de manifestación artística; no obstante, será recordada sobre todo por sus cuentos fantásticos y de terror. La editorial Valdemar publicó en 2013 una extraordinaria antología que reúne, bajo el título de El príncipe Alberico y la dama Serpiente. 13 historias fantásticas y macabras, los mejores cuentos de la escritora británica, traducidos al castellano por Marta Lila Murillo.

“La Virgen de los Siete Puñales” (en For Maurice: Five Unlikely Tales, 1927) abre el paso a este viaje entre mitos, historias de fantasmas y pasiones mortíferas. Lo que queda claro ya a partir de este primer relato es el inmenso bagaje cultural de Vernon Lee, su capacidad descriptiva y también su sutil sentido del humor, que nada tiene que ver con lo que hoy conocemos como “humor inglés”. Con inteligencia e ironía, la escritora nos presenta una versión blasfema y satírica del mito de don Juan; la devoción del protagonista por la Virgen de los Siete Puñales determinará su destino. Igualmente, con el cuento “La Dama y la Muerte” (Pope Jacynth and Other Fantastic Tales, 1904) Vernon Lee recupera la leyenda de San Juan y el dragón y, a la vez, el mito griego de Alcestis. Una mezcla esta, quizás, poco usual pero que produce excelentes resultados.

Las historias de la escritora británica nacen de la extraña combinación de terror y belleza, muerte y beldad, pasado y presente, mitos paganos y tradiciones cristianas. Pero, quizás, el rasgo distintivo de la autora, su leitmotiv, no está en la prosa rica y cuidada, en su peculiar estilo, en las historias o los mitos que hace revivir, sino en el papel que otorga al Arte, con la vocal mayúscula. Como buena historiadora de arte y apasionada de la música, la arquitectura y la literatura, Vernon Lee convierte en fulcro de sus historias al objeto de arte. Una escultura clásica, una alfombra renacentista, un retrato o una simple melodía, son capaces de despertar lo sobrenatural que alberga en sus propias almas.

Un ejemplo muy claro lo encontramos en el cuento que da título a la antología: “El príncipe Alberico y la dama Serpiente” (Pope Jacynth and Other Fantastic Tales, 1904). Este relato es uno de los más complejos, ricos en alusiones, significados y mitos de toda la recopilación. A partir de la reinterpretación de Lamia (1819), un poema de Keats, y del relato Arria Marcella de Gautier, Vernon Lee construye la historia triste y apasionante del joven Alberico, que transcurrió su juventud en total soledad y cuyo único pasatiempo fue la contemplación de una alfombra, colgada en su habitación, que representaba a su antepasado el príncipe Alberico en compañía de la bella dama Serpiente. La mirada de Alberico parece dar vida a los personajes de esa alfombra: él, en el papel de su antepasado, el príncipe, y la bella dama, que se mantuvo en vida a causa de una maldición.

Otro tema recurrente es el del amour dure, el amor pasional, que da título a uno de los cuentos. La historia de la literatura abunda de novelas, relatos y poemas en los que el amor ya no es aquel dulce sentimientos que infunde felicidad sino un veneno que corrompe poco a poco el corazón del pobre enamorado. Y como siempre en estos casos, el autor del malvado hechizo es la que conocemos como la femme fatale:

«Su facultad mágica es esclavizar a todos los hombres que se crucen en su camino; todos aquellos que la contemplan la aman y se convierten en sus esclavos, y morir es el destino de todos sus esclavos.»

Así define la autora a la femme fatale del cuento “Amour Dure” (Hauntings: Fantastic Tales, 1890). El protagonista, Spiridion Trepka, se enamora del retrato de una dama que hechizaba con su belleza a todos aquellos que se cruzaban en su camino. Un nuevo objeto de arte hace emerger impetuosamente lo sobrenatural en la vida real. El protagonista cae víctima del hechizo que lo llevará a una muerte segura. Pero el lector también cae víctima de un sortilegio que lo deja atrapado en las páginas del cuento a través de la minuciosa descripción de los paisajes, los macabros detalles y esa atmosfera terrorífica y fantasmal propia de las historias de Vernon Lee. El lector ya no está en la ruidosa y caótica sociedad del siglo XXI, sino en el espacio y tiempo de la historia: la pequeña ciudadela italiana de Urbania (provincia de Pesaro, Marche), tal y como se encontraba en 1885.

El tema del amor insoslayable y mortífero lo hallamos también en la ya citada historia de “El príncipe Alberico y la dama Serpiente” y en “Dionea” (Hauntings: Fantastic Tales, 1890). Hasta aquí, estatuas, alfombras, retratos han despertado lo sobrenatural que dormía olvidado en el pasado de los personajes y sus antepasados. Las aficiones de la autora no se acaban, empero, con las artes visuales: llega también el turno de la música, arte sublime, que se hace malvada protagonista de dos cuentos de la antología: “La aventura de Winthrop” (For Maurice: Five Unlikely Tales, 1927) y “La voz maligna” (Hauntings: Fantastic Tales, 1890). Las melodías del pasado y sus compositores irrumpen en el presente desestabilizando a los dos protagonistas, respectivamente el aspirante Julian Winthrop y el joven compositor noruego Magnus. Ambos viven la experiencia sobrenatural de encontrarse con personajes del pasado como el mítico Zaffirino, cuya voz era tan fatal como la del diablo.

Terminamos nuestro viaje de descubrimiento de Vernon Lee con el cuento que cierra la antología: “Oke de Okehurst, o Un fantasma enamorado” (Hauntings: Fantastic Tales, 1890), una historia de fantasmas que deja espacio para todo tipo de interpretaciones. Una joven pareja, Alicia y Oke de Okehurst, viven una vida tranquila y serena en una villa alejada de los excesos de la mundanidad. Sin embargo, gravita sobre ellos la sombra de un fantasma, su antepasado, rechazado por la familia, Christopher Lovelock, o así le hace creer Alicia a su marido. Vernon Lee, con maestría inusitada, deja decidir al lector la clave para interpretar la historia. ¿Se tratará de una metáfora sobre los “fantasmas”, o incomprensiones de la vida matrimonial? ¿Estamos otra vez luchando contra una femme fatale, la mujer malvada que se divierte en aterrorizar a su pobre marido? ¿Es Alicia la que sufre de alucinaciones o es el señor Oke el que se está volviendo loco de celos? Cuañquier interpretación es válida. No en vano, estamos hablando de Vernon Lee.

Esta brillante mujer, femme fatale de las letras, apasionada de arte y amante del paisaje italiano, transcurrió la mayor parte de su vida en villa Palmerino, en una campiña cercana a Florencia, desde 1889 hasta su muerte, acaecida en 1935. En la villa italiana queda el recuerdo de su antigua anfitriona, o, quizás, su fantasma, y una placa conmemorativa que suena así: Violet Paget – Vernon Lee 1856-1935 lived in this house since 1889, from her youth she loved Italy with her passionate search for beauty, her many books remain to prove it.

NOTAS

[1] Definición del editor y crítico literario Sir Charles Otto Desmond MacCarthy (1877–1952).