Aniquilación es la punta de lanza de un proyecto literario que parece poseer muchas de las señales caracterizadoras del inminente futuro editorial: una trilogía que no parece una trilogía, pues existe una unidad bastante sólida que permitiría publicar el conjunto en un único volumen; un lanzamiento de cada tomo muy próximo en el tiempo, apenas con el espacio suficiente para leer uno y saltar ya a la tienda para comprar el siguiente; que cuenta con reseñas u opiniones en páginas o blogs o foros incluso antes de su publicación y con bastante tiempo de antelación o con una venta, tanto editorial como cinematográfica, realizada antes incluso de haber visto nada escrito de forma definitiva, únicamente con el esbozo de la idea general encima de la mesa. El futuro editorial parece escribirse en el impacto, la inmediatez y la promoción.
Sin embargo,
Jeff VanderMeer (Pennsylvania, Estados Unidos, 1968) no es un autor cualquiera. Aunque bastante desconocido todavía en España, su obra y reconocimientos lo preceden, anunciándolo como uno de los mejores escritores contemporáneos de ciencia-ficción; inexplicablemente todavía casi-no-publicado por estos lares. Con un gusto excelente como editor, ha publicado no pocas colecciones de relatos cortos, un formato en el que él también demuestra una enorme habilidad, a la altura de pocos. En sus vitrinas guarda ya dos Premio Mundial de Fantasía, un British Science Fiction Award (BSFA), y nominaciones a Hugo y a Locus –precisamente este 2014 está nominado en ambos por Wonderbook (2013)- y con serias opciones de ganarlos, en categorías múltiples y variadas, demostrando su versatilidad y capacidad más allá de toda duda razonable. Por eso, la apuesta de nuestro sistema editorial por VanderMeer, que ahora parece intensificarse, es algo que nos entusiasma, pues nos asegura (o eso esperamos) la llegada de otras obras suyas.En el caso que hoy nos ocupa, hablamos de su última y más reciente iniciativa literaria: la “trilogía Southern Reach”. A España llegará gracias a Ediciones Destino. Publicada este mismo 2014 en Estados Unidos, cuenta con un lanzamiento global casi simultáneo, lo que permite una lectura de todos los volúmenes sincronizadamente, independientemente de la lengua que se prefiera. Su orden de publicación es: Aniquilación (en mayo), Autoridad (por septiembre) y Aceptación (en noviembre). Además, a los amantes de las versiones cinematográficas les alegrará saber que Paramount Pictures había adquirido (desde marzo de 2013) los derechos para su adaptación, y aunque todavía se sabe nada en concreto, se pensó entonces que con el lanzamiento de la trilogía se comenzasen a conocer los primeros detalles. No estamos por tanto ante un proyecto literario cualquiera sino ante un proyecto global de comunicación, con la literatura como centro creativo.
Llegados a este punto, alguien podría preguntarse si tanta inmediatez y tanta promoción no son sino un denso velo para disimular una obra menor. Por lo leído en el primer volumen, quien desconfíe puede quedar tranquilo porque Aniquilación es un gran libro de ciencia-ficción.
La maestría de VanderMeer se percibe en el perfecto manejo del ritmo, donde el tono predominante del misterio y el terror dejan paso, cuando es conveniente y se aporta valor, a un tono más personal e intimista. El dominio de la voz narradora sobresale también, pues es su perspectiva la que construye esta primera novela, y por eso cualquier patinazo en un recurso tan exigente puede derrumbar un edificio frágil aunque perfectamente sostenido. Incluso nos parece acertada la decisión de acelerar el comienzo y el final, con apertura y cierre bruscos, que dejan las claves justas (y no pocas) para mantener la tensión de la novela y sostener el desarrollo de las futuras entregas, si bien el epílogo pierde definición y tensión en las últimas páginas.
Se percibe también la habilidad de VanderMeer en la construcción de universos narrativos. Cada posible nivel de lectura se sostiene sobre un elemento argumental y todos ellos tejen una red de asociaciones claras en su definición y tensas en su relación. En la cúspide de todo está Southern Reach, una agencia estatal secreta cuya misión es investigar la misteriosa Área X. Para ello envía periódicas misiones de exploración, cada una de ellas con distinto grado de información pero todas con casi total ignorancia respecto a las misiones anteriores, lo que la dota de un poder casi omnímodo a la hora de definir o decidir el destino de sus integrantes.
Un nivel por debajo se encuentra la misteriosa Área X. Poco se nos dice en el libro sobre ella pero, por lo que sabemos, es un desconocido espacio surgido en paralelo a su declaración como zona catastrófica ambiental. Ignoramos el origen o causas de esa hipotética catástrofe. Desconocemos también la naturaleza de sus consecuencias, aquello que puede provocar en quien se adentra en ella. Y al desconocer la historia de las exploraciones anteriores, también ignoramos cualquier ser, natural o artificial, humano o no humano, terrestre o no terrestre, que allí pudiera haber. Sólo se tiene constancia general de su cartografía y su aspecto, bastante agreste aunque poco espectacular, correspondiente a cualquier paisaje costero en tantos lugares perfectamente reconocibles… pero que a pesar de su aspecto sí podría ocultar quién saber qué realidades.
Y, finalmente, las expediciones y sus descubrimientos. La tensión más evidente entre aquellos que intuyen la existencia de una amenaza se produce con todo aquello que descubren (o creen haber descubierto). Cualquier novedad respecto a la norma resulta inmediatamente identificada, lo que hace que salten las alarmas y afloren las tensiones a la hora de decidir cómo afrontar las anomalías. Cada equipo, a partir de su propia configuración, afronta los retos de forma distinta. El grupo de la duodécima expedición –protagonista de este primer libro- está formado por cuatro mujeres sin nombre definidas en todo momento por sus cuatro funciones: una psicóloga (líder de la expedición), una antropóloga, una topógrafa y una bióloga que es la narradora. En la frontera de la Área X quedó una quinta integrante, lingüista, que en ningún momento llegó a formar parte del grupo. No se pueden llamar por el nombre. No pueden intimar entre ellas. Y su único espacio de intimidad es un diario donde apuntar sus sensaciones y pensamientos.
La trama se perfila de abajo arriba. El texto de la novela es el supuesto diario de investigación de la bióloga, lo que nos exige afrontar la lectura incorporando sus hándicaps en cuanto a información, su subjetividad respecto a experiencias u opiniones, y su capacidad personal de afrontar los hechos extraños que suceden en el Área X. Tras estas incorporaciones está, por supuesto, el miedo a lo desconocido, el ansia de vivir nuevas experiencias, la necesidad vital de dar respuestas a todas las preguntas que tiene o le van surgiendo, o la curiosidad por averiguar qué fue de su marido (integrante de la onceava expedición). Una definición del personaje principal que VanderMeer acomete con precisión, manejando su psique a partir de un perfecto sentido del tempo, con momentos de tensión perfectamente logrados, de ésos que te atrapan y no te sueltan hasta el final.
Aunque hasta el final de la trilogía cualquier juicio resulta precipitado, y conviene poner todo lo dicho en cuarentena, lo cierto es que salvo los pequeños desajustes con el inicio y el final precipitados, así como con el manejo equilibrado de los distintos tonos de la voz narradora, Aniquilación contiene muchos elementos de una gran obra de ciencia-ficción. Desde la construcción de su universo, la organización de su trama, la definición de las personajes o el (des)equilibrio psíquico de las personalidades de cada una de ellas, pasando por el uso de lo inquietante y lo extraño en los momentos de tensión, todo está construido con una sobresaliente habilidad e inteligencia. Además, por supuesto, del estilo de VanderMeer, donde su querencia por las imágenes sensoriales o los diálogos del narrador con el supuesto lector, consiguen funcionar adecuadamente como enganches para una lectura fluida y casi voraz.
La próxima entrega será Autoridad y llegará a las librerías en septiembre de 2014. Entonces será momento de decidir si la trilogía coge cuerpo. En todo caso, estamos ante un libro notable por el perfecto uso de las técnicas narratológicas. Jeff VanderMeer es un gran autor y aquí lo vuelve a demostrar una vez más. Ojalá se comience a publicar más de él. Lo agradeceremos.